
¡Buenos días, lectores! ¿Qué tal estáis? Hace algún tiempo, buscando libros cortos para leer, encontré de casualidad una pequeña obra de uno de mis autores favoritos titulada Noches blancas. El título me llamó la atención y cuando vi la edición que Nórdica Libros había realizado del ejemplar, me enamoré por completo.
¿De qué trata esta
breve novela? Nos situamos en San Petersburgo, donde un joven solitario narra
cómo conoce de forma accidental a una muchacha llamada Nástenka a orillas del
canal, en una de esas “noches blancas” que se dan durante la época del
solsticio de verano. Tras el primer encuentro, la pareja de desconocidos se
citará las tres noches siguientes en las que ambos relatarán sus historias, haciendo
acto de presencia las grandes pasiones que mueven al ser humano: el amor, la
ilusión, la desesperanza, el desamor y el desengaño.
Junto con Crimen y Castigo, esta es la segunda
obra que leo de Fiódor Dostoievski, que para mí siguen siendo un auténtico
descubrimiento.
El primer elemento que
llama la atención es la redacción del
libro. Por lo general cuando empiezo a leer un tomo, pongo mucha atención en
ese aspecto para saber qué tipo de narrador va a aparecer en la obra y cómo va
a influir en la velocidad de la trama.