sábado, 27 de marzo de 2021

“La puta y la niña que soñaron Berlín” de David Vicente

Puta niña soñaron Berlín
¡Muy buenos días a todos! ¿Qué tal estáis? Espero que hayáis comenzado con ganas el fin de
semana.

En mi caso tras pasar unas semanas de locos, por fin he encontrado un momento de descanso y de tranquilidad para reseñar este libro que he leído hace casi un mes. Se trata de La puta y la niña que soñaron Berlín de David Vicente.

¿Cómo llegué a conocerlo? Como todo en mi vida, de una forma bastante curiosa. Hace unas cuantas semanas fui a una de las librerías más chulas que conozco. Se llama Amapolas en octubre. Se encuentra en Madrid, en pleno centro de la ciudad. Iba con una persona muy especial y mientras yo hablaba con la fundadora de esta librería, Laura Riñón Sirera, esa persona me dijo: “oye, mira, ahí tienes un libro que habla sobre Berlín”. Inmediatamente me llamó la atención el título y comencé a cotillearlo. Me gustó tanto que lo compré sin dudarlo dos veces Y diréis ¿Qué sucede con Berlín? Sucede que quiero volver a esa ciudad de la que enamoré hace dos años. Que desde que fui, muchas cosas cambiaron por dentro y siento la necesidad de volver a sentirlas. Puede parecer exagerado, no lo sé. Pero lo necesito. Y cuando vi ese librito sentí una conexión especial. Como la que tengo con esa ciudad.

Recuerdo que en ese momento estaba a mil cosas, y no pensé que fuera a leerlo, pero sentía que me llamaba y una tarde, lo empecé. Y lo devoré.

Antes de continuar con la reseña, quiero mostraros el resumen del ejemplar para que os hagáis una idea de qué trata.

Lidia es una prostituta que trata de pasar desapercibida en el edificio donde vive. Su «rutinaria» vida se verá trastocada cuando Aitana, su vecina de ocho años, huérfana de madre, que pasa la mayor parte del tiempo sola, se cruza con ella en el rellano.

Un drástico acontecimiento las obligará a huir juntas a Berlín en autocaravana, generando entre ellas una extraña relación de dependencia según van quedando atrás los kilómetros en la carretera.

Interesante, ¿verdad?

Como os he dicho antes, es un ejemplar que había leído hacía tiempo y he tenido que releerlo porque se me habían olvidado bastantes detalles.

Como siempre, me gusta fijarme en los inicios, en las primeras frases de los libros. Y este comienza con fuerza. Con ganas. Además, lo hace de un modo que no suele verse y me gusta mucho: prácticamente empieza la casa por el tejado y poco a poco se va a abriendo al lector mostrándonos de forma salteada, pero con coherencia, una trama donde la humanidad, el dolor, la tristeza, la frustración y la esperanza se hacen visibles.

El libro es muy cortito, no alcanza las 170 páginas. Pero es duro. Es intenso. Nos muestra una realidad cruel, que se suele invisibilizar y que muchos de nosotros, en nuestro empeño de poner parches y hacernos los locos, intentamos mantener al margen. Pero los personajes y la trama nos abofetean con fiereza. Nos hacen abrir los ojos.

La obra está escrita con un lenguaje sencillo, directo, sin florituras. Emplea frases cortas, concisas. Al mismo tiempo, los capítulos son bastante breves. Algunos no alcanzan las dos páginas, pero no por ello, el lector pierde el interés en seguir leyendo, al contrario. La trama le atrapa, le enchancha.

Y lo importante en este libro son los personajes. No me he olvidado de ellos. Los he querido dejar para el final para darles el valor y la importancia que merecen. Las protagonistas de esta novela son Lidia y Aitana, la primera una prostituta cansada de la vida y de su vida. Rota, se mueve por inercia, sin creer en nada, en nadie, ni en sí misma. Hasta que llega una niña a su vida, Aitana. También rota. Una niña huérfana que dará sin querer, o queriendo, un vuelco en sus vidas. Y que para Lidia esa pequeña que siempre va con una muñeca a cuestas será alguien que ilumine y dé sentido a su vida.

Porque a pesar de las grietas que ambas tienen, a través de ellas pueden entrar pequeños rayos de luz y de esperanza. Porque a pesar del dolor, de las injusticias, del miedo y de las dudas, se puede forjar algo esperanzador para dos mujeres que se necesitan más de lo que creen. Y por eso huyen buscando un futuro mejor. Y no será fácil y a veces me ha costado meterme en ellas y en su mente, pero ahí sigues, leyendo, deseando lo mejor para ambas a pesar de los vaivenes.

Termino la reseña con una pequeña reflexión. La puta y la niña que soñaron Berlín es un libro que te hace recapacitar sobre la forma en la que tratamos a los demás y la huella que dejamos en ellos. A través de nuestros actos y sobre todo, con nuestras palabras, podemos forjar a personas fuertes, seguras, confiadas y con una buena autoestima o personas temerosas, asustadas, que se consideran merecedoras de todos los males que les sucede en la vida.

Pienso que no somos empáticos y David Vicente, nos muestra a través de este libro esta triste realidad. Hacemos oídos sordos a lo que no nos interesa, a lo que no es de “nuestra incumbencia”, pero en realidad, con pequeños gestos podemos mejorar no solo el día, sino la vida de quienes nos rodean.

Este libro es necesario para darnos cuenta de ello. De que en la tragedia puede haber ilusión y esperanza. De que, en realidad, tenemos la capacidad de aliviar el dolor de aquellos que sufren en silencio el desamparo y el abandono.

No hagamos oídos sordos. Observemos más. Escuchemos más. Juzguemos menos.

Lectores, nos seguimos leyendo. Feliz sábado. Un abrazo a todos.


Ediciones y precios del libro

Tapa blanda (Bala perdida, 2020,168 págs):17 €


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El autor

David Vicente ha publicado las novelas Un pequeño paso para el hombre (Tagus, 2012; reeditado por VdB Ediciones, 2015), seleccionada como uno de los cinco mejores debuts literarios del año 2012 por El Cultural del diario El Mundo; Esto podría ser un gambito de dama, pero es una canción de amor (Almuzara, 2016); Isbrük (Pre-Textos, 2017), galardonada con el XLVIII Premio Internacional de Novela Corta Ciudad de Barbastro; y el libro de relatos El sonido de los sapos (Tagus, 2013; reeditado por Inventa Editores, 2016). 


David Vicente

Además es autor de la obra de teatro infantil en edición bilingüe La hormiga que quiso ser persona (Inventa Editores, 2017) y el ensayo sobre escritura creativa, El arte de escribir (Almuzara, 2017).

Se ha encargado de la dirección y la puesta en escena de la adaptación teatral de Isbrük y próximamente llevará a los escenarios su texto La traductora italiana. 

Actualmente dirige la escuela creativa La Posada de Hojalata e imparte talleres de escritura creativa para diversas instituciones. 


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