Hay
ciertos libros que si no fuesen por determinadas circunstancias, estoy
absolutamente convencida de que no los habría conocido nunca.
Hace
varias tardes, en el taller de lectura en el que estoy, leímos un breve relato
de Raymond Carver titulado “¿Por qué no bailáis?” Me llamó la atención por
varias razones: la forma tan peculiar en la que estaba escrito, la ambigüedad
del relato y que de ese cuentecito, se podían sacar 1000 cosas diferentes,
muchas de ellas evidentes para todo el mundo y otras tantas que dependían de la
forma de pensar de cada uno.
Era
la primera vez que leía algo así, y me gustó tanto que quise leer más sobre
este autor. Me recomendaron dos libros y elegí leer “Catedral”.
Este
tomo está formado por 12 relatos más o menos breves que tratan temas
diferentes... Aunque esas diferencias, si se rascan un poco, no son tan
grandes: la mayoría muestran una pareja protagonista que interacciona con otros
personajes (ya sea uno sólo u otra pareja) de forma más o menos directa. A medida que lees la
narración, el autor muestra lo que muchos miembros de una relación pretenden
enmascarar: sus fisuras y contradicciones en un contexto muchas veces fuera de
lo común, mostrándose de forma sugerente al lector despertando su curiosidad.
Los
personajes de estos relatos son personas normales: trabajadores, parados,
parejas en crisis, personas golpeadas por la vida... Seres sencillos, con sus
miedos, ilusiones y esperanzas, con los que a pesar de la brevedad del relato,
llegas a empatizar.
El
modo en el que Carver escribe, permite la creación de situaciones raras o poco
comunes. Es capaz de crear una especie de tensión, un misterio que el lector no
sabe muy bien por dónde va a salir: puede cortarlo mediante un salto temporal
en la narración o con un giro en los diálogos, o mantenerlo hasta el final,
dejándote con la intriga, jugando un papel clave el factor sorpresa.
Además,
otro aspecto importante a mencionar se basa en las reacciones de sus
protagonistas. Sus respuestas no son las que cabría esperar en situaciones
límite, dándole originalidad al libro.
“Catedral”
es raro y muy llamativo. La ambigüedad de algunos relatos era tal, que hoy en
día me he quedado con ciertas dudas sobre algunos de ellos. Aún así es un tomo
que os hará disfrutar mucho.
¡Eso
sí! Recomiendo que lo leáis en grupo o entre varias personas, para intercambiar
impresiones ¡Veréis qué gran partido vais a sacar a este magnífico librito!
¡Hasta
la próxima entrada, lectores! ^^
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Ediciones y precios del libro
Tapa blanda
(ANAGRAMA, 1992): 8,90 euros
Tapa blanda. Edición
en inglés (ARROW, RANDOM, 2009): 13,50 euros
Ebook (DESTINO,
2013): 8,49 euros
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El autor
Escritor estadounidense nacido en Clatskanie,
Oregón en 1938. Sus relatos breves impusieron en su
país un modelo narrativo denominado por la crítica "realismo sucio",
ya que en ellos trataba temas cotidianos (sin nada heroico o excepcional) con
un estilo seco y sin concesiones metafóricas.

Publicó sus primeros cuentos cortos
en revistas, mientras estudiaba en el Humboldt State College de California, en
1963. Carver declaraba que eran tantas sus preocupaciones con los niños que
apenas tenía tiempo para escribir, lo que determinó la brevedad de sus cuentos
y que descartase la novela como género. Empezó a beber descontroladamente a
partir de 1967 y hasta 1977, y llegó a ser incluso hospitalizado por
alcoholismo.
En 1976 alcanzó reputación con la
colección de cuentos “¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?” En
1983 obtuvo un importante premio monetario de la Academia Norteamericana y el
Instituto de Arte y Literatura, que le permitió reservar tiempo para escribir.
Sus cuentos pueden dividirse en dos grandes etapas: la primera hasta principios
de la década de 1980, y la segunda desde allí hasta su muerte. La primera puede
considerarse un período convulso, en el que la forma de sus cuentos estaba
dictada directamente por los sinsabores de su vida, mientras que la segunda fue
más reposada, ya que la escritura pasó a ser una actividad de madurez.
Algunos cuentos están construidos
dentro de la estética minimalista (pocos recursos en el menor espacio), como
pequeños marcos para situaciones rápidas y apenas importantes a primera vista.
Algunos críticos lo han considerado como "el mejor escritor de cuentos
cortos desde Hemingway". En el marco de estos presupuestos vitales y
estéticos escribió libros como “Catedral” (1984) o “De qué hablamos
cuando hablamos de amor” (1981), y también interesantes volúmenes de
poesía.
Murió en el año 1988 en Port Angelsen, en plena
madurez creativa, poco antes de cumplir los cincuenta años, a causa de un
cáncer de pulmón.
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