¡Buenos días,
lectores! ¿Qué tal estáis? Este jueves os voy a dar mi opinión sobre un libro
que me hace especial ilusión que conozcáis. Hace unos meses, hablando por redes
sociales con Carlos J. Eguren me comentó que para mediados de agosto salía a la
venta la precuela de la saga de Devon Crawford titulada El tiempo del Príncipe Pálido. Una fantasmagoría. El autor quería
que leyera su obra, para posteriormente realizar una reseña. Lógicamente no
pude negarme, porque los recuerdos que tenía del primer tomo de dicha saga fueron tan buenos, que mi curiosidad por saber cómo iba a ser el pistoletazo de salida
era inevitable.
Antes de
meterme en materia os voy a resumir de qué trata este ejemplar. Nos
situamos en los años ochenta. Las hermanas Barlow, Aurora de quince años y Emma
de nueve, son conocidas por su don para el aburrimiento. Cada verano buscan seres
fantásticos entre sus vecinos obteniendo resultados negativos hasta la fecha, con
los evidentes enfados de su madre, Martha, que amenaza a Aurora a trabajar
al aburrido anticuario de su tío Maximiliam. Sin embargo, cuando las hermanas
reciben un misterioso tocadiscos descubrirán que la música no solo puede
atrapar el alma de los humanos, sino también el espíritu de seres peores que
toman del tiempo todo su poder. Una amenaza como el mundo no recuerda ha
despertado. El Príncipe Pálido, ha llegado a la ciudad. Aurora y Emma deben
organizar a sus amigos para hacer frente al primer monstruo real que han
hallado, pero desearán no haberlo hecho… El tiempo y la magia están en su
contra ¿Qué puede salir mal? ¿A que el resumen llama la atención? Pues creedme
que la historia es mucho mejor ¡Comienzo con la reseña!
El primer
elemento a destacar es la ubicación temporal y espacial de esta novela, perteneciente al género
fantástico. La historia se desarrolla en el verano de 1987 en Santa
Dimmensdale cuyas protagonistas, las hermanas Aurora y Emma Barrow, darán el
pistoletazo de salida a una realidad que inicialmente escapa de toda lógica,
pero que formará parte de sus vidas.
A su vez, hay
que acentuar positivamente la forma en la que está redactado el libro.
La narración comienza en primera persona del singular en tiempo presente,
siendo un narrador protagonista quien cuenta una historia. También hay que
decir que algunas oraciones son impersonales, ya que no se describe a nadie,
sino que hace referencia a un lugar determinado, el cual retrata con breves
pinceladas, que servirán al lector como pequeña introducción. Una vez
finalizada esta breve presentación la trama está redactada en tercera persona
del singular en tiempo pasado, siendo un narrador omnisciente quien nos hace
partícipes de todos los sucesos que tienen lugar en el ejemplar.
Los elementos
anteriormente mencionados, favorecen a que la novela tenga una importante velocidad narrativa, ya que
en este libro se incluyen importantes aspectos: increíbles escenas de acción,
numerosas descripciones y la ambientación del lugar. El escritor consigue crear
un ritmo uniforme y ágil, manteniendo al lector en tensión para conocer más y
mejor la historia.
Por otro lado,
el lenguaje empleado por el autor, es sencillo y coloquial, utilizando
en momentos muy concretos y puntuales un sentido del humor que hace más
llevadera si cabe la lectura.
Me parece fundamental
destacar dos de los aspectos que me han fascinado en este tomo: la ambientación
y las descripciones. El primer factor me parece clave para conocer cuál
es la situación en la que se encuentran las protagonistas recreando un mundo
fantástico dentro de una “cotidianeidad”. La ambientación que Eguren ha
realizado de una sociedad situada en los años ochenta me ha parecido fascinante
y muy, muy creíble. A su vez, todos los elementos añadidos relacionados con el
Príncipe Pálido (alguien con muy malas pulgas) recrean una situación de miedo,
angustia y en ocasiones de auténtico terror. Si el autor quería transmitir una
sensación de tensión y estrés en el ambiente lo ha conseguido a la perfección. A
su vez, las descripciones que encontramos en esta obra son magníficas. También
recrea todos los rasgos de forma que puedes conocer, cómo se sienten o los
gestos que realizan cada uno de los personajes. Al mismo tiempo Carlos J.
Eguren no solo describe a los protagonistas, también plasma los sonidos, los
olores, los lugares, la vestimenta. Todo. Es imposible no visualizar hasta el
último resquicio de esta precuela. Se disfruta y se vive intensamente. Creedme.
El libro se estructura
en 20 capítulos de extensión variable que se leen rápidamente gracias a la
magnífica forma en la que el autor une todos los factores que he comentado
anteriormente.
¿Y qué sería
de esta precuela sin sus personajes? Absolutamente nada. Las
protagonistas de esta narración son Aurora y Emma Barrow. Como habéis leído en
el resumen estas jovencitas son muy imaginativas y algo trastos, pero la vida
les dará una sorpresa y sobre todo una oportunidad para aprender y ver cuáles
son sus prioridades. Ambas jóvenes llevan todo el peso de la historia, aunque
hay otros individuos que forman parte de este tomo que sin ellos El tiempo del Príncipe Pálido no tendría
sentido. Son seres creíbles, perfectamente trazados y descritos por el escritor
de forma detallada y minuciosa. La verdad es que terminas encariñándote con
muchos de ellos y a otros tienes ganas de darle un buen guantazo para que
desaparezcan de la obra. A lo largo de la trama se ve perfectamente la evolución
de todas las personas que aparecen en el tomo, y a más de uno le sorprenderá ya
sea de forma positiva o no.
¿Y cuál es la intención
de la obra? Darnos a conocer el carácter y el papel de una de las hermanas, cuya
actuación es fundamental para comprender los numerosos sucesos que tendrán
lugar en el primer libro de la saga ¿Qué hermana es? ¡Sorpresa! ¡Os dejo con la
intriga! Me ha encantado y me ha fascinado leer esta obra, porque he conocido
el punto de partida de una gran aventura y se entienden numerosos aspectos que
quizás se desconocían en el siguiente ejemplar. Por cierto, hay que destacar el
apunte que el autor realiza a la mitología griega, encuadrando muy bien estos
elementos con los rasgos fantásticos y narrativos de la trama.
Lógicamente,
el elemento clave de toda esta historia es la fantasía y que no os extrañe la aparición de espíritus un tanto amargados, gatosaurios, duendes, elfos y otros
seres maravillosos que forman parte de una realidad muy especial que se
entenderán cuando leáis el primer libro de esta saga
¿Se pueden leer separados?
Sí ¿Recomendaría hacerlo? No. Ahora que Carlos ha sacado esta precuela,
recomendaría leer primero este libro, y posteriormente el de Devon Crawford.
Quiero finalizar la reseña, diciendo que he notado una importante evolución en
la forma de escribir de Carlos J. Eguren. Devon
Crawford y los guardianes del infinito es una magnífica obra, pero ahora
que he la he releído, encontré un toque de humor algo excesivo en esa novela. En El
tiempo del Príncipe Pálido he notado una madurez increíble en su redacción
y en la forma de plasmar este libro. Me ha parecido una historia más humana, mucho
más reflexiva cuyo mensaje me parece muy importante: el tiempo. La importancia
de nuestro tiempo, sobre todo de no malgastarlo y que nos demos cuenta de que
este pone en cada sitio las cosas, por muy mal que lo estemos pasando en un
momento determinado… Y sobre todo, algo que a mucha gente le sucede, y a mí me
ha sucedido: la vida nos sorprende haciendo algo que no
esperábamos ni de lejos, llegar a hacer. Aprovechemos las oportunidades que ésta y el tiempo nos brinda
¡Gracias por todo Carlos! ¡Enhorabuena por tu obra!
Lectores, nos
seguimos leyendo ^^
- Ediciones y precios del libro
Tapa blanda ( Autopublicación, 2017, 206 págs): 14'82 €
Ebook (Autopublicación, 2017): 2'99 €
*Si hacéis clic aquí os lleva a la página de Amazon donde podéis comprar el libro en formato digital y físico.
- El autor
Si queréis conocer a Carlos J. Eguren os dejo el enlace de la reseña de Devon Carwford y los Guardianes del Infinito para que sepáis más sobre él.
* Redes sociales:
Twitter: @Carlos_Eguren
Instagram: @carlosjeguren
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