¡Muy buenas tardes, lectores! ¿Cómo os encontráis?
Espero que bien y que ya estéis ultimando los pequeños detalles para estas
fechas tan señaladas. Después de tanto tiempo sin reseñar “vuelvo a casa por
Navidad”, como diría aquel anuncio de turrones. Tengo que reconocer que he
dejado el blog de lado durante un tiempo. Como conté en la entrada anterior,
estoy con otros proyectos en mente y también, siendo honesta he querido poner
algo de distancia para tomarlo con más ganas y también con más calma. Mi ritmo
de lectura ha disminuido y, por lógica, la cantidad de obras a reseñar.
Sinceramente, para leer mal un libro y hacer una mala reseña, prefiero no
hacerlo. Por respeto al autor y a su obra. Y también porque creo que el trabajo
se debe hacer bien. Por ese motivo he parado. Iré leyendo y reseñando poco a
poco. No hay fecha de vuelta. Tampoco me he ido, en realidad. Estoy, pero de
otra manera.
Tras la reseña de El duende negro de J. R. Corch, no pensaba hacer más entradas para
este año. Pero, cosas del destino, recientemente me regalaron por mi aniversario
un libro que no esperaba: Reina Roja de
Juan Gómez-Jurado. Es el típico libro que tienes muchas ganas de leer, porque conoces
otras obras del autor y sabes que va a ser la bomba, pero asumes que lo harás bastante
más tarde. La cara de sorpresa y de alegría cuando vi el libro fue increíble y
además, ¡estaba dedicado por el autor! La ilusión era doble. Y no os imagináis
las ganas de leerlo y sobre todo, de reseñarlo.