¡Buenos días,
lectores! ¿Qué tal vais?
Hace tiempo, por el
mes de octubre más o menos, colaboré con una página web de información
literaria llamada Infoliteraria, dando mi opinión sobre la adaptación cinematográfica
de “La chica del tren”. Recuerdo que una de las
cosas que comenté antes de criticar dicha película fue que las personas amantes
de los libros tenemos un serio problema, ¿hasta qué punto queremos que una
adaptación sea simplemente eso o se convierta en una copia exacta del libro?
Últimamente me
estoy aficionando a ir al cine, y estoy aprendiendo muchísimo sobre asuntos
cinematográficos y sobre todo a discernir lo que en realidad es importante, o
no, a la hora de reflejar una obra literaria en la gran pantalla.
“El Guardián
Invisible” es una obra de Dolores Redondo que leí hace bastante tiempo y desde
que supe que se iba a adaptar al cine, estaba pendiente de la fecha de su
estreno. Y por fin llegó… Si os digo la verdad tras la decepción que me llevé
tras ver “La chica del tren” iba con cierta reticencia y mucho recelo a verla,
pero las ganas me podían… Y benditas ganas, porque la sorpresa positiva que me
llevé fue interesante. Debo avisaros de que la comparación que voy a realizar
entre el libro de Dolores Redondo y la adaptación dirigida por Fernando
González Molina va a ser bastante exhaustiva, sin desvelar los aspectos más
relevantes, claro está, pero contendrá spoilers.