¡Muy
buenos días a todos! ¿Qué tal estáis? ¿Comenzando el mes de abril con ganas?
Espero que sí.
Hoy
he querido aprovechar que tengo la mañana libre para hacer la reseña de un
libro que hasta hace poquito no conocía (perdóname, Jesús). Tras la
opinión que hice sobre “El grito de los murciélagos” tuve la oportunidad de
hacerme con el resto de sus novelas. Viendo las diferentes opiniones que hay en
Amazon y sobre todo por una reciente recomendación que le hicieron en Twitter,
me animé a leer Algún pecado raro en “secreto”, para hacerle esta
entrada sorpresa. Aunque en realidad, como siempre, la sorpresa me la he
llevado yo, porque la calidad de este escritor nunca dejará de
sorprenderme.
Antes
de comenzar, os dejo el resumen del ejemplar. Ojo en la mirilla,
el dedo acariciando el gatillo, incapaz de disparar. El objetivo: una mujer que
lo cautiva. Poco después, Neil Oldman se topa con esa misma mujer y accede a
formar un tándem de delincuentes tan fructífero como apasionado y embutido en
un halo de misterio y mentiras. A partir de ahí, las consecuencias serán tan
sorprendentes como duras. Y es que lo peor que le puede pasar a un asesino a
sueldo es no apretar el gatillo cuando tiene la oportunidad. “Porque todo el
mundo tiene algún pecado raro que no se atreve a mentar ni con la sesera
descansando sobre la almohada, en la más absoluta intimidad, en la seguridad de
la noche, ni, aunque duerma abrazado a la soledad.”