¡Hola, muy buenas a todos! Hoy os
traigo un clásico de la literatura fantástica, aunque me da un poco de apuro
hacer una opinión sobre estos libros, voy a hacer el atrevimiento, desde mi más
profundo respeto y con toda la cautela que me sean posibles. Se trata de nada
más y nada menos que de “El Señor De Los Anillos”. Creo que con él la
controversia está más que servida, ya que es un libro que es muy denso y con un
ritmo muy dispar que a muchos no les gusta y a otros confunde, y aunque a mí me
encanta entiendo perfectamente las opiniones contrarias a él, porque hay que
tener muchísima paciencia y muchas ganas para poder leerlo. Dicho esto,
comienzo.
Bueno, quien más y quien menos
sabe algo de estos libros, ya sea de oídas, por las películas de Peter Jackson o
porque conocen a alguien que lo ha leído, así que no me voy a entretener en
contaros de que va la historia ni nada por el estilo.
A mi modo de ver este libro es
bastante “básico” en su planteamiento, y antes de que se me eche nadie a la
yugular diré que básicamente trata de la dicotomía entre el bien y el mal, al
menos en un principio, pero es una novela en la que el autor delimita muy
claramente que los buenos son buenos y los malos son muy malos, no deja espacio
a los tonos grises, aquí todo es blanco o todo es negro.
Si seguimos profundizando vemos
que no es tan básico como aparenta en principio, ya que Tolkien era un gran
amante de la naturaleza y también nos trae otra dicotomía entre progreso y
naturaleza, haciéndose bastante obvio que en el fondo este libro trata del
progreso y que no es bueno per se, si no que debería haber un equilibrio y
respetar la naturaleza.
Grandes personajes del libro nos
demuestran este amor de Tolkien por lo natural: Tom Bombadil, Barbol,
Galadriel, Elrond, los elfos o los hobbits son todos grandes amantes de la
naturaleza y unos acérrimos defensores de la misma.
Si seguimos sumergiéndonos en el
universo de Tolkien descubrimos la dicotomía entre el autoritarismo y la
libertad, algo que muchos dicen se debió a la 2ª guerra mundial, sin embargo,
el autor siempre lo negó abiertamente, así que es pura especulación, si bien es cierto que tanto en "El Hobbit" como "En El Señor De Los Anillos" recurre a las águilas para salvar la situación, un símbolo muy propio de los Estados Unidos, así que cada cual que saque sus propias conclusiones sobre este punto en concreto, bueno y sobre todos claro.
Dejando a un lado dichos temas,
el mundo de la Tierra Media, nos ofrece un gran abanico histórico que el autor
creó: los idiomas élficos, las guerras élficas de la primera edad, el primer
señor oscuro, la creación de los anillos, y un largo etcétera. Lo que a priori
parece algo bastante obvio, es algo que todos los escritores de literatura
fantástica han emulado con más o menos acierto, ya que estos detalles son los
que dan una gran profundidad y riqueza a la historia, haciendo que, dentro de
los límites de la razón, hagan de este universo algo plausible y casi real.
Haciendo hincapié en otro de los
aspectos de la obra, como ya dijimos Nym y yo en el debate sobre “El Hobbit”, os dejo el link al debate por si alguien quiere echarle un vistazo http://goo.gl/pu0w6j, al autor le gusta ser narrador presente de su historia, y algunas personas
creen que aquí Tolkien hizo un personaje para representarse a sí mismo: Tom
Bombadil. No estoy convencido de que esto sea real, aunque si algo bastante
probable, ya que un personaje como este representa todos los ideales del autor,
además de no poder interferir en la historia, a pesar de que el anillo no tiene
ningún poder sobre él.
Para ir cerrando la entrada, diré
que me maravilla el trato que da a los personajes, el detalle con el que los
describe, nos hace formar parte de cada uno de ellos de una manera espectacular,
aunque claro está, luego cada uno le coge un cariño especial a uno en concreto.
Los paisajes, ciudades, pueblos o bosques de los que nos habla son para mi
gusto quizá demasiado detallados, lo que por un lado es bueno y por otro
agotador, pero creo que si superamos el agotamiento vemos con una riqueza de
detalles todo lo que el autor nos quiere transmitir.
Por último, diré que yo puedo
alabar hasta la saciedad a este libro, pero aquellos a los que no les guste no
les gustará jamás, pero creo que hay que darle al menos el beneficio de la
duda, leerlo me enseñó mucho, sobre todo de mí mismo y ha sido mi gran apoyo en
momentos de gran dificultad, por eso recomiendo que leáis este libro, creo que
enriquece la vida de quien lo lee.
Un saludo y hasta la próxima
entrada.
- Ediciones y precios del
libro
Tapa dura (editorial Minotauro,
10 de diciembre de 2015) precio 133,00 euros
Tapa blanda (editorial Minotauro,
20 de junio de 2002) precio 50,82 euros
- Sobre el autor
John Ronald Reuel Tolkien, más comúnmente
conocido con J.R.R. Tolkien nació el 3 de enero de 1982 en Sudáfrica. Pasó
parte de su infancia en Bloemfontein (Sudáfrica) aunque por culpa de que el
clima afectaba negativamente a su salud decidieron mudarse a Inglaterra. Tiempo
después su padre falleció dejando a la familia sin ingresos lo que obligo a su
madre a vivir con su familia en Birmingham.
Tolkien asistió a la King Edward’s
School de Birmingham. Más tarde fue inscrito en la escuela de San Felipe del
oratorio de Birmingham.
En 1900 fueron convertidos al
catolicismo por su madre, aún en contra de la opinión familiar, de confesión
baptista, lo que concluyó en la retirada de la ayuda económica que recibían por
parte del núcleo familiar. Más tarde su madre fallece debido a complicaciones
de diabetes, como anécdota, al seguir siendo católicos y frente a la retirada
de la ayuda familiar, John siempre pensó que su madre había sido una mártir de
su fe.
Durante su orfandad, John y su
hermano fueron educados por el padre Francis Xavier Morgan, un sacerdote
andaluz que había apoyado a la familia económicamente. Morgan enseñó las bases
del idioma español a John, que luego usaría como base de su “naffarin”.
Otra influencia notable fueron
las pinturas románticas del medievo.
En 1908 se enamoró de Edith Mary
Bratt, aunque el padre Morgan le prohibió hablar con ella hasta que cumpliese
21 años, lo que el joven acató al pie de la letra.
En 1911 creo junto a 3 amigos una
sociedad semisecreta conocida como T.C., B.S. (Tea Club and Barrovian Society).
Tras dejar la escuela, los miembros mantuvieron el contacto, de hecho, en
diciembre de 1914 celebraron un “concilio” en Londres. Dicho encuentro supuso
un gran aliciente para Tolkien para escribir poesía.
En el verano de 1911, viajó de
vacaciones a Suiza, un viaje que rememoró en una carta de 1968 de forma aún muy
vívida, donde afirma que el viaje de Bilbo a través de las Montañas Nubladas
está directamente basado en sus aventuras con un grupo de 12 amigos con los que
fue de excursión desde Interlaken hasta Lauterbrunnen.
A los 21 años escribió una carta
a Edith para declararle su amor y preguntarle si deseaba casarse con él. Ella
le respondió que ya estaba comprometida, ya que creía que Tolkien la había
olvidado. Se reunieron bajo un viaducto de ferrocarril, donde renovaron su
amor, tras lo cual Edith devolvió su anillo de compromiso y decidió casarse con
él.
Tolkien se licenció en 1915 en el
Exeter College, donde Joseph Wright, catedrático de lingüística histórica,
había ejercido una gran influencia en el interés de Tolkien por distintas
lenguas, con matrícula de honor en lengua inglesa.
Después de su graduación se unió
al Ejército Británico que luchaba entonces en la 1ª guerra mundial, se enroló
como teniente segundo, especializado en lenguaje de signos, en el 11º Batallón
de Servicio de los Fusileros de Lancashire, que fue enviado a Francia en 1916
con la Fuerza Expedicionaria Británica. Durante la guerra enfermó de la
denominada “fiebre de las trincheras” por lo que fue trasladado a Inglaterra.
Durante su convalecencia comenzó
a trabajar en lo que llamó “El libro de los cuentos perdidos” con “La caída de
Gondolin”. Tras restablecerse lo suficiente fue ascendido a teniente y fue
destinado a Kingston upon Hull, donde mientras daba un paseo con su esposa,
ésta comenzó a bailar para él. Esta escena inspiró el pasaje del encuentro de
Beren y Lúthien.
El primer trabajo que realizó
tras la guerra fue como lexicográfico asistente en la redacción para la primera
edición del Oxford English Dictionary, donde trabajó durante dos años
principalmente en la historia y etimología de las palabras de origen germánico
que comenzaban por la letra W, rastreando su origen en el alto alemán, alemán
medio e incluso nórdico antiguo. En 1920 ocupó el puesto de profesor no titular
de lengua inglesa en la Universidad Leeds, donde alcanzó el cargo de profesor,
reformando con su magisterio la enseñanza de dicha disciplina.
En 1925 fue a Oxford como
profesor de anglosajón. Fue durante su estancia en Pembroke que Tolkien
escribió “El Hobbit” y los dos primeros volúmenes de “El señor de los anillos”.
En 1937, gracias a su amigo C.S.
Lewis publicó “El Hobbit” un libro en principio escrito para sus hijos que
acabaría atrayendo a un público adulto y se volvió sumamente popular por lo que
la editorial George Allen & Unwin le pidieron una secuela.
Desde su adolescencia, Tolkien,
había empezado a escribir una serie de mitos y leyendas sobre la Tierra Media.
Echaba en falta en su país una mitología del carácter de la griega o romana, y
se proponía inventar “una mitología para Inglaterra”, que más tarde daría lugar
a “El Silmarillion”. Dichos relatos están supuestamente inspirados en un cuento
publicado en 1927 por Edward Wyke-Smith titulado “El maravilloso país de los
snergs”.
En 1957, Tolkien recibió diversos
títulos honoríficos de las principales universidades estadounidenses, como
Marquette y Harvard. Tolkien se retiró 2 años después de Oxford. En 1968 fue
nombrado doctor honoris causa por varias universidades, vicepresidente de la
Philological Society y miembro de la Royal Society of Literature. En el 69, la
reina Isabel II le nombró Comendador de la Orden del Imperio Británico.
Su esposa falleció en 1971 a los
82 años, tras lo que Tolkien volvió a Oxford, donde falleció 21 meses después,
con 83 años. Fueron enterrados en la misma tumba donde se presenta los nombres
de “Beren” y “Lúthien”.
¡Hola!
ResponderEliminarLa primera vez que El señor de los anillos cayó en mis manos fue después de leer El hobbit, que me había gustado mucho y pensé que sería una lectura similar. Necesité de varios intentos y largos años para terminarlo. Lamentablemente estoy con aquellos que dicen que es demasiado lento y denso. Reconozco todo lo que Tolkien ha hecho por la literatura fantástica y la importancia de su obra, pero ahí me quedo. Es demasiado descriptivo y se detiene en detalles que ni son importantes para la narración ni tienen demasiado interés. En ese sentido prefiero El hobbit porque es mucho más dinámico.
Gracias por la reseña.
Un abrazo.
Hola, pues aunque a mi es un libro que me fascina, me lo leo todos los años, es casi una obsesión jajaja, entiendo perfectamente que es agotador, Tolkien describía hasta la saciedad cualquier cosa de la historia, en ese sentido estoy totalmente de acuerdo en que El Hobbit es muchísimo más dinámico y muchísimo más divertido.
EliminarGracias por comentar y un abrazo ^^