viernes, 5 de febrero de 2016

"El Príncipe" de Nicolás Maquiavelo

¡¡Muy buenas, lectores!! Hoy os traigo un libro del que tenía muchas ganas de hablaros: “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo. A razón de ciertos acontecimientos políticos relativamente recientes, no dejaba de escuchar ciertas frases que se incluían en él, así que finalmente opté por leerlo. 

Príncipe MaquiaveloEs un libro muy cortito, pero que no os engañe. La cantidad de aspectos importantes y relevantes que Maquiavelo dejó en él, hacen de esta pequeña obra, uno de los clásicos más leídos y recomendados a lo que a política y gestión se refiere.


Antes de nada, os quiero decir que Maquiavelo se encuentra en un periodo histórico (siglo XVI) donde la lucha entre lo experimental y lo espiritual y religioso estaba en auge, por lo que su “obrita” recibió duras críticas y ataques incluso antes de haberse publicado. La obra me gusta mucho, porque Inicialmente se le puede considerar como un ejemplar que es capaz de crear una ciencia política autónoma, independiente de algunos de los antiguos principios generales y al margen, sobre todo, de ciertas consideraciones morales.

En relación con lo anterior, un elemento a tener en cuenta, es que el libro de Nicolás es totalmente práctico (como buen renacentista). El autor lo que pretende, es dar una serie de pautas y consejos, los cuales si el Príncipe quiere gobernar bien, debería tener en cuenta. Muchos de esos consejos son muy distintos a los que un gobernante debería realizar hoy en día (ganarse a los pueblos con la violencia, llevar  a cabo purgas, deportar, confiscar…), pero alguno de ellos (colocar en los puntos neurálgicos a sus hombres de confianza, por ejemplo), sí se pueden tener en cuenta.  

Príncipe MaquiaveloMe parece bastante curiosa la denominación que él hace sobre la “virtud”. En nuestra época, esa palabra acoge términos como bondad, sinceridad o generosidad (por desgracia casi en desuso…) Pero Maquiavelo, interpreta esa palabra de un modo totalmente distinto: el gobernante debe ser ante todo astuto, fuerte, cruel, audaz y sobre todo afortunado.

Para aquellos que os animéis a leer la obra, os comento que ésta se encuentra dividida en tres partes bien diferenciadas. La primera parte, y la más extensa, nos diferencian los distintos tipos de principados y príncipes. La segunda parte y más breve se centra en explicar los ejércitos existentes y los que el gobernante debería crear y por último las características o “principios” que todo buen gobernante debería tener.

Creo que tengo poco más que añadiros. Es un ejemplar muy interesante y aunque los temas de política no me llamen personalmente la atención, es una buena oportunidad para aprender un poquito más sobre ello. 

¡¡Nos seguimos leyendo, lectores!! ^^

- Ediciones y precios del libro

Tapa blanda (ALIANZA EDITORIAL, 2010): 9,20 euros
Tapa blanda (S.L.U. ESPASA LIBROS, 2012): 7,95 euros
Ebook (S.L.U. ESPASA LIBROS, 2012): 2,99 euros

- El autor

Príncipe MaquiaveloNicolás Maquiavelo (Florencia, 1469-1527) Escritor y estadista florentino. Nacido en el seno de una familia noble empobrecida, vivió en Florencia en tiempos de Lorenzo y Pedro de Médicis. Tras la caída de Savonarola (1498) fue nombrado secretario de la segunda cancillería encargada de los Asuntos Exteriores y de la Guerra de la ciudad, cargo que ocupó hasta 1512 y que le llevó a realizar importantes misiones diplomáticas ante el rey de Francia, el emperador Maximiliano I y César Borgia, entre otros.

Su actividad diplomática desempeñó un papel decisivo en la formación de su pensamiento político, centrado en el funcionamiento del Estado y en la psicología de sus gobernantes. Su principal objetivo político fue preservar la soberanía de Florencia, siempre amenazada por las grandes potencias europeas, y para conseguirlo creó la milicia nacional en 1505. Intentó sin éxito propiciar el acercamiento de posiciones entre Luis XII de Francia y el papa Julio II, cuyo enfrentamiento terminó con la derrota de los franceses y el regreso de los Médicis a Florencia (1512).

Como consecuencia de este giro político, Maquiavelo cayó en desgracia, fue acusado de traición, encarcelado y levemente torturado (1513). Tras recuperar la libertad se retiró a una casa de su propiedad en las afueras de Florencia, donde emprendió la redacción de sus obras, entre ellas su obra maestra, “El príncipe” (Il principe), que Maquiavelo terminó en 1513 y dedicó a Lorenzo de Médicis (a pesar de ello, sólo sería publicada después de su muerte).

En 1520, el cardenal Julio de Médicis le confió varias misiones y, cuando se convirtió en Papa, con el nombre de Clemente VII (1523), Maquiavelo pasó a ocupar el cargo de superintendente de fortificaciones (1526). En 1527, las tropas de Carlos I de España tomaron y saquearon Roma, lo que trajo consigo la caída de los Médicis en Florencia y la marginación política de Maquiavelo, quien murió poco después de ser apartado de todos sus cargos.

La obra de Nicolás Maquiavelo se adentra por igual en los terrenos de la política y la literatura. Sus textos políticos e históricos son deudores de su experiencia diplomática al servicio de Florencia, caso de “Descripción de las cosas de Alemania” (Ritrato delle cose della Alemagna, 1532). En “Discursos sobre la primera década de Tito Livio” (Discorsi sopra la prima deca di Tito Livio, 1512-1519) esbozó, anticipándose a Vico, la teoría cíclica de la historia: la monarquía tiende a la tiranía, la aristocracia se transforma en oligarquía y la democracia en anarquía, lo que lleva de nuevo a la monarquía.

El pensamiento histórico de Nicolás Maquiavelo quedó plasmado fundamentalmente en dos obras: “La vida de Castruccio Castracani de Luca” (1520) e “Historia de Florencia” (Istorie fiorentine, 1520-1525). Entre sus trabajos literarios se cuentan variadas composiciones líricas, como “Las decenales” (Decennali, 1506-1509) o “El asno de oro” (L'asino d'oro, 1517), pero sobre todas ellas destaca su comedia “La mandrágora” (Mandragola, 1520), sátira mordaz de las costumbres florentinas de la época. “Clizia” (1525) es una comedia en cinco actos, de forma aparentemente clásica, que se sitúa en la realidad contemporánea que Maquiavelo tanto deseaba criticar.

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